Nombre: Mohamed Ahmed Bennis
Lugar de nacimiento: Tetuán, Marruecos

Residencia actual: Tánger, Marruecos
Miembro desde: 02/11/2012


Poemas incluidos en esta página:        
      
                - Heredan mi cabeza.
           - En el sueño del poeta.
                - Resurreción.
                - La cuna de Gilgamesh.
        - El santuario.
  - Funeral ciego.
  - Pagano como fuentes de uva. 
  - Prólogo de la uva.
  - Otra alquimia.
  - La nube del extraño.
  - Río extinto.
  - Ternura suspendida.
  - Inmolar una montaña.
  - Sentidos vacantes.
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 HEREDAN MI CABEZA
 
 
Yo los hubiera creído muertos
cuando, en realidad, volvían
a mi cabeza, en la que
rasuraban
lo que se acumuló de insomnio.
Son ellos, los herederos.
Vienen montando caballos blancos
para sorber esta eternidad
que se posó
en mi hombro
como si fuera uva difunta.
Son ellos quienes cogieron el salvaje sueño,
he aquí que se volvieron ciegos,
apenas combatiendo entre sí.
Es el momento del cuerpo;
subieron
y bajaron.
Ojalá hubieran tardado un poco. 
Parece que necesito
una galaxia,
una desgracia,
y una montaña que añoro.
 
 
 
 
EN EL SUEÑO DEL POETA
 
 
Las plumas
que cubren
la espalda del poeta,
se parecen a la espuma
que se resbaló
de la noche de la hoja.
Sobre sus dedos,
brillan cadáveres
y se apagan otros,
viene un astro 
compartiendo con él
su pagana nostalgia.
Parece que lo que está
fluyendo por su boca,
sólo son nubes
que sorbió el poema
antes de que comience.
 
 
 
 
RESURRECCIÓN
 
 
Árboles galopan dentro de mí,
y los muertos recuperan
sus cabezas maceradas
en ese río de piedra.
Manchan sus almas
con más decepciones,
cubren sus pieles
de uva que afluye
de las espaldas de ángeles .
 
Mañana se refugian en mi garganta
y penetran allí.
Árboles vuelan sobre mi interior,
y una alegría veo fluir
sobre sus mudas frentes.
Aquella es mi cabeza
iluminada por delgadas estrellas .
….
Entonces,
es probable que viva otra vez.
 
 
 
 
LA CUNA DE GILGAMESH*
 
 
Y lo vi
bajar
en secreto
a la costa de la eternidad.
Rueda su alma
cubierta por musgos,
deletrea sus sentidos
a escondidas de la vida,
y se refugia en una
montaña azul
la cual le lleva volando
sobre las decepciones
que crecieron bajo su brazo,
o apenas
reduce sus sueños
en hierba que cuelga en su pecho
cubierto por la noche adámica.
Dentro de poco,
se embarcan sus vidas,
y se despiertan
con indefensa creación.
 
* Gilgamesh fue un personaje legendario de la mitología sumeria. Fue el cuarto rey de Uruk hacia el año 2750 AC y protagonista de "La epopeya Gilgamesh " en la que se cuentan sus aventuras y búsqueda de la inmortalidad junto a su amigo Enkido.
 
 
 
 
EL SANTUARIO
 
 
No basta
apagarte una vez,
y no basta que lleves
hierbas aromáticas donde te refugias.
 
No basta que digas al universo:
quítate esta tierra
y adelántate en silencio,
tú, otro rostro mío.
 
No basta que lleves
el cielo cada día para que lo bajes
hasta el fondo.
 
No basta que seas pagano
para llevar a los poetas
de una guerra a otra
y dormirte sin poemas.
 
No basta con que inmoles
una verde ave por los muertos.
 
No basta que apedrees a la hembra
con lo que te queda
de nostalgia.
 
No basta que  saques
los sueños que tienes.
 
No basta que digas:
 
   ya estoy apagado,
   ya estoy apagado.
 
 
 
 
FUNERAL CIEGO
 
 
Llevo mi tumba
y me escapo, disfrazado, a la vida.
No hay nadie aquí
excepto
restos de un cielo
y cuervos graznando
sobre el cadáver de un poeta.
Descanso un poco
y busco un lobo mítico
que me presta su cara
para encontrar a una mujer
bajo un blanco árbol,
más bien
busco huesos de hombres ahogados
en alguna parte de la noche .
 
Maldigo mi alma
que no me encerró
dentro de un ciego útero,
y veo mi mano lamer
una estrella que fluyó
sobre mi frente.
Despacio…
nadie recogió mis dedos
para decorar mi morada
de cualquier
blancura.
 
 
 
 
PAGANO COMO FUENTES DE UVA
 
 
Una vez dormité hinchado de sueños. Soñé que caminaba entre los muertos con los ojos contaminados de vida, y se llenaron mis pulmones de granos amorosos que llovían bajo el brazo de una mujer. Luego oí mis rasgos esparciéndose sobre un río ciego, y no me di cuenta que el poeta salía de mi garganta montando blanca yegua; cuyas desilusiones fluían sobre el muro que separaba su interior de la tierra que no es como la tierra.
 
Vinieron los hombres y dijeron :
« Ha muerto » y mojaron mi alma con la uva que rodaba de las fuentes de una mejilla (parecida a una mujer con cabeza de dragón) que no pude reconocer. Y vino una sombría mano corriendo y me amortajó con granos amorosos que fueron escondidos entre las grietas de la vida, y se quedaron mis ojos iluminados como los de un lobo que protege a los dioses, y me precedieron los ciervos del poema para cavar una blancura en la tumba que nos reunirá.
 
Y cuando no encuentren las estrellas un lugar en el cielo, maullarán en mi puerta y lamerán los despojos de las tinieblas que manaban, y veré mi sepultura macerada en un útero oscuro y la tierra se embarazará de mí a desfiladeros que galopan en mi interior, y pondré mi ropa en aquel muro y me bañaré en las entrañas de los dioses, y luego saldré de mi garganta sin mirar hacia atrás.
 
Que yo sea maldito,         
apenas me llevó mi tumba, escuché el corazón del poeta llenándose con los que llegaron sin cabezas y clavé mi daga en la cabeza más cercana que aullaba sola en el desierto, y no lamenté a nadie en aquella noche, y busqué comensales náufragos en el agua de la imaginación, y vendí todas mis siervas en los mercados del ser, y dormité en el tronco de la palmera para que no me recogiera la tierra, y vi perros subiendo un mítico pozo para asaltar una luna que fisgaba a un ciego enamorado, y maldije mi alma que no compartió conmigo el recipiente del pecado, y busqué una gota de luz  y la encontré en los brazos de una falta femenina
que, por descuido,
cayó
de la lección del amor.
 
Que yo sea maldito,
a pesar de todos estos sueños,
ya no tengo tumba.
 
 
 
 
PRÓLOGO DE LA UVA
 
 
Al fin,
se durmió tu corazón
después de haber sorbido
toda la severidad, con la cual lo persuadiste.
Al fin,
recibiste el cielo en tu cajón,
y te diste cuenta
que hay luminosas picotas
en los bolsillos de los muertos.
Al fin, te arriesgaste a manchar con vida
los cadáveres de los que vuelven
de la eternidad.
 
Ésta es la primera uva,
o mejor dicho,
como los profetas,
montas al pez          
y llevas goma arábiga
y algunas decepciones,
luego subes la montaña
sin preocuparte de los granos de uva
que resplandecieron sobre tu espalda
cubierta por el mármol.
 
...........
 
Éste es el prólogo de la uva,
o mejor dicho,
puñados de amigos
construyendo con sus gargantas
tierra virgen.
 
 
 
 
OTRA ALQUIMIA
 
 
Acaricio la lluvia
que mi tumba sorbe.
Ahorco a una mujer,
cuyos huesos
cubiertos de uva.
Me doy cuenta de
lo que pasa
a una tierra
aplazada por algún tiempo;
eso no lo interpretó la alquimia,
y no lo dijeron mis manos
a nadie,
excepto a mí.
 
 
 
 
LA NUBE DEL EXTRAÑO
 
 
Tus manos
o sacudida de los sentidos.
¿Todavía eres arcilla
que sueña con el agua de la sombra?.
Enciendes guerra
y extingues otra,
luego te sientas entre las espesuras
como si fueras el rey de los muertos.
¿Todavía eres como siempre?
Te quiere la saliva descendente
hasta el fondo del deseo.
 
Te quiere y te quiere,
te abrazan jarros llenos de blanca polémica :
"Rasgad su nube
que se rindió a los pastores...
no le dejéis desarmado
como sus manos "
Así te mojó el ojo de los dioses,
y pasaste a historiar a las aves
que comen de tu cabeza.
Pasaste a anunciar lo que trazaron
las temporadas de la viña,
interpretas y anuncias
como los profetas
si estuvieran vislumbrando.
Eres selvático y extraño,
¡que inmoles una nube por los tuyos
y lances, en el fuego,
el amor de las ofrendas!
¡Y subí
hasta
donde
envejecieron
los anhelos!
 
Ahora te vuelves muerto,
no digas que tus manos
pasaron a ser sin fuente,
no digas que tu corazón
te traicionó por el camino…
 
Di :" se realizó el sueño
y mi corazón
selvático se hizo ''.
 
Di : “así
me enseñó el narciso
los nombres y se derramó ''.
 
 
 
 
 
RÍO EXTINTO
 
 
El mismo río colgado
en la puerta del liceo,
al verme,
lagrimeó y se inclinó hacia mí abrazándome.

Me recuerda el descanso
que solía inmolar
en el centro del patio
embaldosado de la nostalgia.

Me recuerda el susurro
que vertía sobre el cuaderno de mi amiga
a fin de enervar
al profesor de matemáticas.

 
Me recuerda a unos amigos de antaño
entrando en clase
con sus mudas lecciones
bajo los brazos.

Me recuerda gemidos
que fluían sobre el vidrio de las ventanas
antes que se dispersen
entre sombríos asientos.

Me recuerda la lluvia
que se escapaba al cuartel
para acostarse con los soldados.
 
El mismo río
llena mis ojos de amor
y se despide de mí.
 
 
 
 
TERNURA SUSPENDIDA
 
 
Para que sorba toda mi severidad,
hace falta que mis ojos laman
toda esta nostalgia, una vez llegado enero
y que mis manos vean un cuerpo,
supongo, junto a mí
(hace  ya muchos años )
y que mi lengua escuche lo que voy a decir
a mis amigos que se reúnen
allí en el vestíbulo de la vida.
 
Hace falta que sorba las sombras
de todos los que vi subir de sus asientos
para macerar sus sentidos en mi corazón
antes que vuelvan atrás
dejando sus paganos abrigos.
 
Hace falta que pregunte
por las jarras del amor
que se dispersaron por las aldeas del éter,
y por la mujer que no me perdona
lo que cometí contra los gemidos
que manaban de sus ojos,
como un tropel de ciervos adámicos.
 
Hace falta  que inmole un ciego susurro
por los que cayeron cerca de sus sueños.
Al fin,
no hace falta más que una garganta,
a la que nadie nunca se acercó.
 
 
 
INMOLAR UNA MONTAÑA
 
 
Cierro mi garganta , 
más bien
sorbo amigos
para molestar mis sombras
que fluían
sobre
sus cráneos.
 
Así se vuelve macerada la vida                       
bajo el brazo de un poeta ciego
que lame sus sentidos extendidos
sobre la nieve de la fantasía.
Me devorará
esta blancura
como salvajes árboles,
y se cortará mi cabeza,
con la que
los dioses se distraen
cuando se van a llorar.
 
Como si yo soñara
que inmolo una montaña
por donde
no pasaron los profetas.
 
Otra cabeza
de la que
casi
gotea
un útero que los muertos
no cerraron.
 
 
 
 
SENTIDOS VACANTES
 
 
Desde ya,
no hay
ni cosechas
ni linajes.
Despacio sorbió
todos sus sentidos
a fin de enervar las decepciones
que huyeron de él.
Despacio pidió prestada
la cabeza de un caballo
para que vuele sobre otra tierra.
Ojalá que caiga
en
el fondo
de su interior
para alcanzar su parte de la vida.
Le encarcela un sueño
por algún tiempo.
¡Que maldición !. 
Parece que retrocede
de su propio cadáver
para dormir un poco.
 
 
 
Todos los poemas han sido traducidos del árabe por el propio autor.
 

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