Nombre: Yorgenis Ramírez
Lugar de nacimiento: La Guaira, Venezuela
Residencia actual: Vargas - Distrito Capital, Maiquetía, Venezuela
Miembro desde: 11/09/2014


Poemas incluidos en esta página:        
               
      - Selección de poemas sin título.
- Ars Poética

 


 

a Caracas, la que insiste.

  
Yo aspiro una dictadura digna
propia de las torturas japonesas
y los manuales de perversión gringa
 
Sin ambages. 
 
Con reseñas en Hola, Forbes y Vanidades
Capaz de ser llevada a la mesa de la ONU
y cualquier convención internacional
donde la paz es solo tema para banquetes 
y sobremesa de licor, sexo e indolencia
 
Yo quiero una dictadura
que sea escándalo en el medio oriente
donde sientan envidia por nuestro alto nivel de represión
 
Una dictadura fantasmal
en los sueños de cada habitante del país
 
Que la KGB y la CIA sientan que sus cazas de brujas 
son inofensivos juegos de niños
ante las épicas persecuciones de nuestros torturadores
 
Una dictadura que trate de enamorarnos del dolor
que intente ser sincera con sus patologías y muertos
Una dictadura que sea cuerpo, llaga, sangre y ceniza
 
Vivir una dictadura donde Hitler, Mussolini,
Pinochet, Somoza y la comandancia suprema de los dictadores eternos
sean el sueño de humo de quienes ensayaron con la muerte
y fallaron en el inconquistable afán de la vanguardia
 
Yo quiero merecer una dictadura
una dictadura de verdad
A la altura de las estúpidas conferencias
donde se pretende definir los origenes de la malignidad
y su importancia en los tratados de libre comercio
 
Agonizo ante mi deseo
de una dictadura de escala
en días donde el sol esté prohibido
y lo más aterrador sea
pronunciar nuestro nombre
 
Yo quiero una dictadura que nos enseñe a morir
 
 
 
 
a Jesús Montoya, el poeta merideño más bonito del mundo.
 
Nada es original en esta tierra
de hitos y miserables
menos este poema
Decir que es poema
es lo menos original
Ya todo fue escrito
dicho, mentado
Mandado a la mierda
Les digo
tengo los dedos podridos
los ojos calcinados
las ansias nadando en orina
de tantas veces que he intentado poemas
y solo logro sollozos, quejas
hacer que el lápiz rebuzne sobre la página
emulando el dolor de mis vísceras
Yo vengo madrugado desde hace milenios
donde me creí el poeta más hermoso del mundo
y solo era el cabrón infalible de la comarca
Nada es original
créalo compadre
Ni esta confesión logra serlo
Falla, esa es su esencia
Falla el gesto, el ritmo
Falla la inconquistable luz de lo nombrado
que enguayabada me dio la espalda
y prefirió abrir sus piernas
a otros que han sabido lamer sus llagas
Intento hacer de esta penuria
mi mayor equivocación
mi destierro, mi bachata
pero ni siquiera eso es original
Yo, que no he campaneado el whisky de las victorias
Ni me he fumado el porro donde trasluce la quinta esencia
Que solo he cosechado amores leprosos
Que en vez de corazón llevo una mancha del estiércol fermentado en los ojos de Dios
Que casi siempre ando extraviado en mis devaneos suicidas
Que tengo estatuto de proscrito
Lázaro prostibulario en busca de un ápice de ron
para ahogar los coños que no podrán ser
Y que mi cuerpo es una queja, un estorbo
una deuda que mis padres no pudieron saldar con el diablo
y a cambio de ello llevo el alma enlodada
confundida con la cloaca del averno
y la sangre donde el cielo refleja su terrible belleza
les digo, adoradas bestias hambrientas
de esta orfandad llamada tierra
nada original
seamos sinceros
Tal vez el único amanecer al que podamos aspirar
sin el afán de lo auténtico, lo inacabado
sin el terco asombro ante lo escindido
sea asumir que somos el ego taciturno que no logra ser voz, llanto,
ni la herida donde los equivocados dejamos la piel
bajo el amparo de los corazones carcomidos por la coca cola
Porque darnos la esperanza
de que la poesía va a sobrevivirnos
es la peor de las muertes
 
 
 
 
a Alejandro Castro
 
"En las noche de lluvia no se tapan los oídos.
Los truenos pueden hacerlos estallar".
Dijo mi hermano
Y yo me pregunto
¿Cómo se tapa la grieta de ser hombre?
¿De crecer como árbol torcido bajo sombras clandestinas?
¿Cómo?
¿Puede acaso uno tapar con un dedo
esta disidencia febril
este fuego de carne
y hueso
que no conoce la ética de la lluvia?
¿Puede?
Entonces, hermano mío
ven
tapa mis oídos
deja que llueva sobre mí
y que truene
tal vez así
estallando
 
la palabra hombre recobre su cuerpo
 
 
 
 
a Franz Kafka
 
Una mañana
Tras un sueño intranquilo
Franz Kafka despertó
Auscultando el inmenso microbio de ser
Franz Kafka
 
El virus de su pulso enfermo
No lo hizo cucaracha
Su metamorfosis fue otra
Más radical
Una ración de miseria bajo el nombre de Kafka
Reprimido campo de concentración
Cuya maldición fue ser él
Él mismo
 
Hubiera preferido despertar como Gregorio Samsa
Convertido en ese putrefacto insecto
Y debatirse entre las esquinas
Rasando castraciones
Soportando la asistencia del venenoso amor
La voz del padre
La carcoma edípica de su Madre sobre sí
Porque ser hombre y ser Kafka al mismo tiempo
Costaba mucho
 
Esa carne acontecida
Bajo la mirada genital del otro
Donde tuvo que aprender a mirar
A través de desastres, contra el viento
Le otorgó el musculo de escribir
 
Donde contempló la pura luz que se posa sobre el silencio
Donde se hizo artesano de una vida de barro tenaz
Donde le fue dado el tránsito, albergar el éxodo
Exponer las deficiencias
Ceder la máscara
Vivir
 
Y en cada minúscula gota de sangre hambrienta
Contempló su nacimiento
En cada palabra labrada
En cada verso incesante
Ganando la partida a la vida
Ganando su derecho a morir
 
 
 
 
Voy por la Candelaria
de República a Peligro
(al menos en las señalizaciones
ésta palabra no ha sido barrida)
Llego al bar fasto de Lolita Chacón
Un par de maricos dirimen
sobre el alto costo del olvido
De banco en banco
el fracaso
va tejiendo
creyentes
Al fondo
en las sombras refulgentes
el onanismo
amputa lenguas
De pronto
un gordo prorrumpe
predicando
el último tubazo:
“Expropiaron el derecho
de mentar la madre en público”
Mayor arrechera
Se alza la horda
se roban la caja registradora
los vales de los morosos
la ilusión de una cerveza espumante
el destino
Al parecer en este país
hasta mentar la madre públicamente
representa un peligro para la democracia
 
 
 
 
Despertar con la incertidumbre de saber si se vive o se sueña. Transitar la cuerda sobre el abismo, anegada de recuerdos en ruina. Una puerta se abre de golpe.
El miedo entra y corta lentamente la garganta con su navaja de acero irrefutable. El heroísmo se abaja a los tobillos, se ahoga en el temblor.
Nunca he sabido, ni sabré, lo que es el oxígeno. Sigo, sin saber aún si vivo o sueño. Me detengo.
Una brizna de aire dispersa la sombra del silencio acechante. Y una mano se apodera de mi lengua, exime el aliento y me ahoga. 
 
 
 
 
 
H nació muerto
Sin embargo sus padres decidieron criarlo
Le hicieron una jaula de neón eclipsado para apaciguar su rabia apocalíptica.
No lo lograron.
En vez de pan, un índigo revolver bajo el brazo
Y la tristeza de quien está predestinado al confinamiento de la sed.
Ser un inútil, su mayor esfuerzo.
Su irrupción en el mundo fue el de la bestia herida por el rayo
Nadie estuvo de acuerdo con tal desolación en este planeta.
La soberanía estuvo menguada por los lívidos gritos de esa carne podrida.
Y sin embargo él, allí.
En el espacio que habita la generosa lástima del silencio.
Un espejo oxidado en cuyo fondo titilaron anticipadamente los rayos del juicio final.
 
 
 
 
Mamá suspiró con aire solemne. Coció la boca de sus temores con hilo de sus huesos artríticos.
Apartó de su mente el perfume de inminencias que rondaba sus pensamientos, con un sonido de buey adolorido producido desde su útero.
Luego abrió los ojos, hizo silencio y se dio cuenta que estaba terriblemente viva. –Al parecer Dios quiere ahogarnos con sus lágrimas- dijo almibaradamente lúcida.
A lo que mi padre respondió con voz amoniacal- Ve pensando entonces en decirle a tu Dios que deje la mariconeria-.
Y el ambiente quedó contaminado por aquella frase arrasadora, como si la lluvia no bastaba para sentirnos desgastados.
 
 
 
 
Estoy harto de no poder respirar
de sobrevivir con menos sol cada noche
de alimentar sombras indecisas
de morir en cada Dios proveerá
Me vale mierda
el amor al prójimo
la patria libre y soberana
mi karma 100% libre de humo
No soporto más
tanta víscera enseñoreada
tanto entuerto social
tanta hambre acuestas
No tengo paciencia
para la gente con precio
para cada gota de lluvia
Estoy harto del alza
de la inflación
del ego
de tanta iglesia estafando almas
Pendejo quizás sí
cabrón ya no
Basta de tanto virus
arruinando miradas
expropiando deseos
infiltrando cialis norteamericana
en las vísceras
Me voy de esta vaina
No sigo a nadie
En este poema me suicido
esgrimiendo infiernos
donde se pueda soñar
sin miedo
 
 
 
 
Uno se vuelve
El ser más ridículo
Del mundo
Pretendiendo
Ver nuevas
Todas las cosas
En un impulso franciscano
Porque es un placer
Hacerse daño
Contemplando 
Tanta miseria
Llevando sol acuestas
 
Uno se siente santo
Un místico asceta
Vendiéndolo todo
Dando cada centavo
A los pobres, huérfanos
Y olvidados del cosmos
Predicando el evangelio
De puerta en puerta
Cuando ni siquiera
Podemos sostener la idea
De vivir en la telaraña
Que nos teje el olvido
Alrededor de los ojos
 
Uno es el ser más feliz
Impostando sonrisas
Ofreciendo abrazos
Parabienes y recuerdos forzosos
A cada paseante ignoto
Hermano, enfermo
Y mendigante
Cuando dentro de sí
Nos llueven mares congelados
Nos persiguen voces
Taladrando insomnio
En las vísceras
 
Uno se rodea de personas
Para no sentirse
Anónimo de hebra solar
Pero éstas no saben
Que diariamente
Lo que hace uno
Es pasear
Tras el viento yermo
En un fervor de costumbre
Y domesticación filosófica
Porque uno ya está barrido
Fuera del círculo
Olvidado
 
Uno se cree el cuento
De escribir
De arar las letras
Buscando revelaciones
Para no ser poeta maldito
No publicado
Ni elogiado
No enlodado de honor
De porvenir
Del pan de la palabra lastima
Cuando realmente
Uno escribe
Para morir
En cada punto
Como maldito poeta
Arrasado por la vida
 
 
 
 
Crecí en un barrio donde se respetaba el derecho a inquirir
 
Era saludable transitar sus calles anegadas de premura, hojas secas,
De niños desnudos corriendo en la eterna melodía del goce
 
Calles de aves semisalvajes
Colmadas de sol
 
Cómo olvidar las tardes de mandado
Cuando mamá se antojaba de bizcocho portugués
Macerado en esperanza
Y aquel café cerrero de papá
Donde tantas veces dialogamos
Sobre las acechanzas de Lenin
El presidente de la asociación de vecinos
Jarto en aquel nombre apolillado
Entre cavilaciones negadas a su parte de sol
        
Allí
Perder la mirada entre el humo de los sueños
Buscando algún rostro empañado en ansias
Era alargar los espejos de la abuela Ana Rosa María
Quien tantas veces nos vendió el cuento de Gómez deprimido
Porque no pudo preñarle con un poema escrito por su edecán       cristiano       
(válgame Dios)
 
Mis vecinos eran las sombras más contentas de la cuadra
Andaban felices sin cabeza, sin sudor, sin horizonte
Con el salitre de la risa apretando cada amanecer
Sin la sospecha de finales felices
Porque en cada gota de instante
Nos susurraba el universo en los oídos
Los respiros de una vida que huele a salvador de bahía
 
La casa tenía aquel aire de rosas con vista al mar
Custodiada por una montaña que tantas veces trepamos    
Soñando alcanzar su cumbre, rozar las nubes,
Sentir la noche en el suspiro de las estrellas
 
Los latidos del viento estremeciendo las ganas
De confundir el cielo con el mar
Y nadar en las perplejidades de nuestros deseos
Flotando en una serenidad que el sol embriaga
 
Y detrás
Un río transoceánico
Donde tantas almas aún creen dormir
En el iracundo verso de aquella noche decembrina
Que no termina de pasar la página
Taladrando las pocas horas lúcidas que nos quedan
Aún   
 
Mi corazón está sembrado en el sudor de esas calles perseguidoras
Que me acompañan en cada batir de alas
De la memoria
 
 
 
 
Llego a casa
De una peña de boleros
Donde Tite Curet quebró mi ateísmo
Y creí en el canto de sus profanaciones morenas
Tomo el directorio telefónico
Me urgía una cita con José Gregorio Hernández
Debía ser paciente      amable          pero tenaz
Las líneas estarían congestionadas
Precipitadas, urgentes
Solicitando favores de aquel Doctor pues
El Valium había subido setecientos porciento
Tras la devaluación del lunes
En fin
Estuve horas tratando de conectarle
Pero el silencio
Fue su único favor
Presentía el desperdicio de mis deseos
Necesitaba sacar de mí la voz de Curet
Removiendo tanto amor sucio adolescente
Tanta mañana con olor a sábana
Tantas fotografías persiguiéndome
Tanto recuerdo inescrutable
Al final solo encontré la llama
De tener que aprender a olvidar
Con fe
 
 
 
 
Llevo un escarabajo en mi garganta. Es como una espada franqueando una guerra contra mi aliento.
Por más que he tragado veneno, clavos y conjuros, él sigue allí. Pero esta mañana, cautelosamente, introduje mi mano hasta la garganta, abrí paso y tome una de sus alas.
Exultante, la arranqué, la apreté en mi puño pensando que así la aniquilaría, que la volvería polvo y que aquel escarabajo se sentiría inútil sin ella. No fue así.
Tras abrir mi puño descubrí que su ala lleva tatuada la palabra soledad.
 
 
 
 
—Esta vaina es un atraco—
Dijo Yonaiker José
El hijo de mi vecino
Con fruición heroica
En medio de un bus
Jarto de miseria
Él desenvainó la noche
Calibre 9mm
Señalando el límite
Del oxígeno
Emocionando al niño
Quien creyó que Yonaiker
Jugaba a la guerra
Con su aspecto de G.I. JOE
Pistola en mano
Y la muerte mostrando sus dientes
¿De qué sirve la poesía
Cuando la vida se detiene
Ante una 9mm
Rasgando el aire
Que sostiene tu nombre
Con trémula quietud?
Perpetrado el robo
El bus siguió su rumbo
Oliendo a odio y miedo.
 
 
 
 
ARS POETICA
 
Creo en escribir
Desde lo que soy
Porque ser poeta
Es una máscara
Desaparece a Lorca
Desaparece a Neruda
Wilde, a Cortázar
Escribe siempre
En contra de las musas
Se su mayor enemigo
La sombra que fustiga
Y les niega el lápiz
Bye Bye Huidobro
Adiós Nicanor Parra
Chao Lemebel
Venga la vida
Venga la existencia
Con sus piedras tenaces
Derrumbando vidrieras
Donde la certidumbre
Teje clientes
Edulcorados por Benedetti
Anestesiados por Ginsberg
Escribe desde lo que eres
Como la puta
Que hace feliz
A tu marido
Mientras le haces la cena
Y sueñas ver la novela
Juntos de la mano
No te confíes en la expertiz
Del letrado, filósofo
De quien lee por vicio
O por fornicio
No te confíes
Pero vive
Con la honestidad
Condensada en las vísceras
Devuelve el paraíso a tus ojos
Esto no es cuestión de estilo
Esto se trata de honradez
No te afanes ante la hoja
Si te llaman para un tigre
Asiste, ve con tranquilidad
Al diablo la poesía por la poesía
la vida es lo mayor
Allí no existe apellido ni titulaciones
Premios que valgan aplausos
Allí no hay verso ni rima
Ni métrica que nos ciña
Deja que la vida arda en tus venas
Sin el drama de la academia
Sin la chispa inspirada
De la metáfora inédita
Simplemente respira, tiembla
Porque poesía auténtica
Es la que primero se vive
Y luego se cuenta
 
Sé el poema
 


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